Este fin de semana estuve en tierras aragonesas con Papel y Tinta. Tuve el placer de que me invitaran a dos de sus ferias del libro: la de Zaragoza y la de Huesca. Y, la verdad, me encantó tener la oportunidad de estar allí y compartir momentos con lectores, libreros, compañeros y todas esas personas que están detrás de la organización de las ferias.
Comentaba con una compañera en Zaragoza lo complejo que es coordinar este tipo de eventos sin que falle nada y lo poco que nos fijamos cuando todo va como la seda. Por eso, quiero agradecer y aplaudir el trabajo de todas las personas que me encontré este fin de semana poniendo todo de su parte para que esta fiesta de libros y cultura saliera redonda.
Zaragoza
El sábado 8 de junio lo pasé en Zaragoza. Llegué a mediodía y el sol me dio la bienvenida, aunque no pasé demasiado calor en toda la jornada. La Feria del Libro de Zaragoza se celebra en la maravillosa plaza del Pilar, con la basílica muy cerquita de testigo. Había estado allí una vez y me encantó volver a ese punto exacto tan bello en la ciudad.
Por la tarde, estuve en la caseta de la Librería París, otra fantástica familia de libreros, con años y años de tradición. Es uno de los regalos de esta «gira», conocer a las personas que hay detrás de estos negocios en los que se venden historias, ratos al abrigo de un buen libro, a través del tiempo y las generaciones. Durante el tiempo que pasé allí conocí a dos compañeros escritores: Irene Vallejo y Fernando Lalana. También a los lectores que decidieron acercarse y descubrir a Elisa. Y, además, recibí una visita muy muy especial de dos amigos de la familia (¡y mecenas!).
Huesca
El domingo, día 9 de junio, José Luis (de la organización de la Feria) y yo marchamos a Huesca para participar en su Feria del Libro. Antes de iniciar la jornada, pude recorrer las inmediaciones de la plaza de Luis López Allué, centro de la feria, y visitar el mítico local de ultramarinos La Confianza. Yo, que adoro viajar en el tiempo, aluciné con cada detalle de la tienda, que guarda la esencia, decoración y disposición de las tiendas de ultramarinos de antaño. También me dio tiempo a visitar el monasterio de San Pedro El Viejo. ¡Una preciosidad de estilo románico!
A lo largo del día, fui descubriendo a algunos de los autores locales de la ciudad. Os dejo por aquí sus nombres por si queréis echar un vistazo a sus obras: Carlos Oliván, Mª Ángeles B. Miró, Sergio Bernués, Juan Mantero, John Bolsoi y Leonor Lalanne. También recibí una visita especial en esta ocasión, la de una buena amiga de mi abuela que ya se había leído la novela. Y, por supuesto, disfruté con los lectores que decidieron rematar ese último día de feria comprando Papel y Tinta. Mil, mil gracias, de corazón.
Mis últimas líneas son, sin duda, para reiterar mi agradecimiento a Marta, José Luis, Cristina, Ángel y toda la organización de las ferias por ser tan atentos conmigo durante este fin de semana recorriendo su tierra con Papel y Tinta. ¡Ojalá volver pronto!