Datos curiosos sobre las páginas y el contexto de la novela Una promesa de juventud.
Una de mis debilidades, a la hora de escribir, es mezclar realidad y ficción. Así, aunque los espacios sean totalmente imaginarios, están construidos en relación a otros que sí existieron. Es el caso de los internados suizos que aparecen en las páginas de Una promesa de juventud. Quizás, te habrás preguntado: ¿pero había colegios así en funcionamiento por entonces? La respuesta es sí. Y aquí te traigo una pequeña selección.
1. Brillantmont International School
En 1882 abrió las puertas este internado femenino, ubicado a orillas del lago Lemán, a pocos minutos a Lausana. Desde entonces, han pasado por él más de 12.000 alumnos pertenecientes a más de 120 nacionalidades distintas – el colegio se hizo mixto en los años noventa-. Aunque cesó su actividad durante la Segunda Guerra Mundial, esta institución sí experimentó los antecedentes de la guerra. Las internas procedían de diversos países y, aunque con el interesante efecto burbuja generado por estos colegios, la política no era cuestión ajena. Al contrario. Según cuenta el libro que se realizó con motivo del 120 aniversario, la escuela era una “Sociedad de Naciones en miniatura”.

Brillantmont International School
2. Lyceum Alpinum Zuoz
En 1904, en el este de Suiza, en el valle de Engadina – cantón de Grisones -, comenzó a funcionar el Instituto Engadina con 22 alumnos y 5 profesores. Su actual nombre lo adquirió en 1917, momento en que ya había superado los 120 estudiantes. Durante la Segunda Guerra Mundial, mantuvo sus puertas abiertas. Sin embargo, tuvo que hacer frente a una reducción de las matriculaciones. A lo largo del invierno de 1940, casi treinta estudiantes abandonaron el colegio. La cifra más baja se alcanzó en 1945, con solo 56 alumnos.
3. Institut Auf Dem Rosenberg
Con objeto de crear una escuela internacional en la que el alumnado pudiera formarse y, además, disfrutar de los beneficios del entorno, nació, en San Galo, el Institut auf dem Rosenberg. Fue en 1889. Está a unos 70 km al este de Zúrich, muy cerca de la frontera con Austria. Desde hace cuatro generaciones, la familia Gademann es la responsable de este centro en el que se han mezclado, a lo largo de su historia, más de 50 nacionalidades distintas. Al parecer, es uno de los internados más bonitos de Suiza.

Institut auf dem Rosenberg
4. École International de Gèneve o Ecolint
Al abrigo de iniciativas que emanaron de la misma Sociedad de Naciones y de pedagogos locales, se creó, en 1924, la Ecolint, en Ginebra. En su primer curso apenas contaba con 8 estudiantes. Antes de que finalizara la década de 1920, este centro dio luz verde a que, entre sus internos, hubiera chicos y chicas. Una de sus directoras más longevas fue Marie-Thérèse Maurette, que ocupó el cargo desde 1929 hasta 1949.
5. Le Rosey
Posiblemente es uno de los internados suizos más conocidos a nivel mundial. Comenzó su andadura en 1880 en la población de Rolle, a orillas del lago Lemán. Desde sus inicios, director y propietario se han identificado en este centro, siendo el apellido Carnal la constante hasta mediados del siglo XX. De hecho, Henri Carnal tomó la decisión, ante el estallido de la Segunda Guerra Mundial, de mantener las puertas abiertas del centro y dar la bienvenida, tras el conflicto, a todo alumno internacional que quisiera regresar a aulas y habitaciones.

Le Rosey_Infobae
6. Collège Alpin Beau Soleil
Con los Alpes de fondo, entorno idílico donde los haya, se erige otra de estas grandes e históricas instituciones: el Collège Alpin Beau Soleil. Su génesis data de 1910, momento en que la familia De Meyer fundó el centro. Tres generaciones de la misma forman parte de la evolución de este internado cuya primera directora fue Bluette Ferrier, responsable de gran parte de la base ética y pedagógica.