Igual que hice con Papel y Tinta, hoy traigo una selección de aquellas frases o pequeños fragmentos que más me gustó componer de Una promesa de juventud. Son aquellos que se han quedado conmigo de una forma muy especial. Es una sensación extraña porque, sin pretender valorar si son buenos o malos, son párrafos y trocitos que me hacen sentir bien cuando vuelvo a ellos. Me recuerdan todo lo que experimenté al crear la historia de St. Ursula.
¿Coincides o hay alguno que te haya llamado más la atención?
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“Los sonidos del Sihlwald siempre te narraban historias. Cuentos de vida, muerte y reencarnación. Yo jamás me detenía a escucharlos por temor a perder la orientación con aquel canto de sirena envuelto en naturaleza y en ilusión de serenidad.”
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“Zúrich, protegida por las montañas, colgada del firmamento por las agujas de sus numerosas iglesias, había quedado congelada ante ellos”.
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“Habla o callar, en ocasiones, marca el destino de un café.”
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“Más allá del lago, cumbres nevadas susurraban cuentos de invierno y leyendas de calor junto a una chimenea ahogada en mil cenizas.”
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“El hogar es un espacio simbólico con coordenadas geográficas y físicas. Es ese rincón al que siempre volvemos, en el que almacenamos recuerdos de las diferentes etapas que hemos vivido. Es donde habitan nuestros logros y nuestros fantasmas. Es donde nos reunimos con quienes amamos, donde censuramos a los que detestamos. Es, probablemente, el único lugar en el que somos nosotros mismos; cuatro paredes que conocen lo mejor y lo peor de nuestra alma corrupta.”
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“La vida en el colegio, a veces, permitía alejarse de la realidad hasta tal punto que parecía no existir mundo más allá de las verjas negruzcas. Pero sí había y este había comenzado a devorarse.”
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“Aquel otoño fue especialmente lluvioso en Europa. Las precipitaciones lo mojaban todo: los tejados, la paciencia, la fe, las promesas, las esperas y la tierra revuelta de las trincheras.”